La política despierta mayores alertas que la crisis sanitaria en las decisiones empresariales en 2021
Factores de alarma sobre decisiones de inversión
De acuerdo con el sondeo empresarial realizado durante la semana del 12 al 16 de octubre a los clientes del SAE, siete de cada diez ejecutivos califica al riesgo regulatorio desde el Congreso con el máximo grado de preocupación para la toma de decisiones de inversión en sus organizaciones empresariales en los próximos 12 meses.
En segundo lugar, el resultado del proceso electoral es considerado como un evento de máxima alerta para las decisiones de negocios por parte de cinco de cada diez ejecutivos.
Es interesante notar que ambos eventos políticos generan un nivel de tensión máxima entre la mayoría de empresarios, por encima de la crisis sanitaria relacionada con el COVID-19. Así, la ocurrencia de una segunda ola de contagios o la demora en la llegada de la vacuna solo generan el mayor nivel de preocupación en uno de cada tres potenciales inversionistas.
En quinto lugar, la ocurrencia de conflictos sociales es señalada con grado de máxima alarma por uno de cada cuatro ejecutivos consultados.
Desempeño de ingresos en el 2S2020
La marcha de los ingresos de las empresas clientes SAE durante el 2S2020 evidenciaría lo difícil que está resultando predecir la evolución de la demanda durante los primeros meses posteriores al arranque de las fases de reactivación económica. En este sentido, solo el 36% de los ejecutivos señaló que el desempeño de las ventas de sus negocios en el 2S2020 se sitúa en línea con sus expectativas.
En cambio, 43% indicó que sus ingresos en el 2S2020 se están comportando por debajo de lo esperado. Es probable que la demora en el arranque de las fases de la reactivación (o la vigencia de algunas restricciones operativas) y la caída de la capacidad adquisitiva de la población expliquen estos resultados.
Finalmente, 21% de los ejecutivos declaró que los ingresos de sus empresas muestran un mejor comportamiento respecto de lo esperado. En este último caso, algunos cambios en las prioridades de los consumidores -como la permanencia en el hogar o evitar el transporte público- estarían beneficiando sorpresivamente a categorías de materiales de construcción, mejoramiento del hogar, autos particulares y micromovilidad. La utilización de ahorros (bancarizados, no bancarizados, retiro de fondos de AFP, entre otros) explicaría, en mayor medida, este incremento de demanda.