En junio, el número de trabajadores en Lima Metropolitana se recuperó respecto de los meses previos. Sin embargo, la mayor parte de la mejora fue resultado del “rebote” de los trabajos informales y de salarios bajos. De hecho, en ese mes el subempleo recuperó sus niveles previos a la emergencia y, luego de una década, superó en número a los adecuadamente empleados.
En cambio, el número de empleos formales continuó cayendo. En junio, a nivel nacional, la suma de los ingresos laborales de los trabajadores formales habría caído alrededor de 14%, hasta niveles no vistos en tres años. Esto es lo que sugiere la caída observada en las aportaciones a EsSalud y en la recaudación del impuesto a la renta de quinta categoría.
En la segunda parte del año esperamos que el empleo informal continúe recuperándose, pero que la cantidad de puestos de trabajo formales siga cayendo. Así, al cierre del 2020 se perderían alrededor de 700 mil empleos formales, de un total de 3,8 millones alcanzados antes del covid. Esto debido a que en los siguientes meses las ventas de las empresas formales seguirán deprimidas por la debilidad en la demanda agregada, las pocas alternativas disponibles en las empresas para reducir costos (dado que las medidas laborales han sido insuficientes) y los altos niveles de incertidumbre que desincentivan las contrataciones. Así, en el 2S2020 lo más probable es que muchas empresas dejen vencer contratos temporales sin renovarlos y que algunas realicen ceses colectivos o apliquen a procesos de reestructuración.
Por ello, la caída del empleo formal será mayor entre los trabajadores menos calificados, con salarios más bajos y en los sectores más afectados por la crisis, como construcción y servicios. Al ser el principal mecanismo de ajuste de las empresas para reducir sus gastos en planillas, la fuerte caída del empleo con contratos a plazo fijo (-22%) superará a la esperada en número de trabajadores con contrato a plazo indeterminado (-9%). Esto afectará principalmente a los trabajadores menos calificados y con remuneraciones menores a S/2 000 mensuales, que son aquellos más propensos a tener contratos temporales. Adicionalmente, la caída significativa de la inversión privada este año (-51%), así como las fuertes restricciones operativas y la cautela de los consumidores, afectarán principalmente las ventas y los empleos en los sectores construcción, hotelería, restaurantes e inmobiliario.
La fuerte caída de la demanda por trabajadores formales hará que los salarios del sector privado se reduzcan. La dificultad para encontrar empleo en el sector formal y la necesidad de generar ingresos impulsará a la mayoría de personas a trabajar en el sector informal, donde los salarios son menores que en el formal. Además, este año el incremento de la oferta y la caída en la demanda de trabajadores generarán un enorme exceso de oferta que afectará fuertemente los ingresos laborales. Como resultado, los salarios promedio podrían caer alrededor del 10% en el 2020.
La destrucción de empleo formal y la caída de salarios generará una recomposición en la estructura socioeconómica de los hogares urbanos. De hecho, esperamos que este año el porcentaje de hogares considerados como clase media –niveles socioeconómicos (NSE) ABC– se reduzca 10 p.p. Esto implica un retroceso de una década.
Luego de este duro golpe al mercado laboral y a la economía de las familias, el próximo año esperamos que la recuperación del empleo formal y de los salarios del sector privado sea moderada e insuficiente para alcanzar los niveles pre covid. Esto debido a que, pese al rebote de la producción, las empresas continuarán enfrentando altos niveles de incertidumbre y márgenes ajustados. Luego de caer 18% este año, el empleo formal privado crecería 7% en el 2021, principalmente por el rebote del empleo en los sectores construcción y servicios. El salario promedio, por su parte, crecería poco menos de 4% luego de caer 10% este año.
Frente al deterioro en el bienestar de las familias, es urgente que el Gobierno continúe tomando medidas adicionales que limiten la destrucción de los empleos formales. Para ello será clave la aplicación de nuevos subsidios a las planillas, la aprobación menos burocrática de la suspensión perfecta de labores y la flexibilización de contratos temporales.
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