El balance de la semana, por Hugo Santa María
Dos horas con poca carne
El discurso del 28 de julio del presidente Martín Vizcarra fue de 115 minutos de palabras que dijeron muy poco sobre las acciones concretas a ejecutar para apoyar la recuperación económica y para enfrentar eventuales rebrotes del COVID-19. Se perdió así una gran oportunidad para reducir, aunque sea en algo, la tremenda incertidumbre en la que vivimos todos los peruanos.
Durante los próximos meses enfrentaremos retos enormes en tres frentes que definirán los siguientes cinco años del Perú, por lo menos: el político, el económico y el de la lucha contra la pandemia. En el frente político, el Presidente convocó a todas las fuerzas políticas a participar en el ‘Pacto Perú’. Un espacio de discusión para alcanzar consensos en cinco temas muy relevantes que incluyen las reformas políticas. Ojalá, el Gobierno y los participantes en este foro de discusión tomen nota que, estando a semanas de iniciarse el proceso electoral 2021, aún falta definir reglas de juego claves, por lo que la discusión amplia debe culminar rápidamente en propuestas concretas.
En el frente económico, lo urgente era delinear el plan de acción para apoyar la recuperación de la actividad económica y el empleo. El mandatario, en cambio, decidió hacer más anuncios efectistas: se empleará el mecanismo de contratación de Gobierno a Gobierno para ejecutar inversiones por S/42 000 millones (más del 5% del PBI del 2019). Sin embargo, el 75% de ese monto estaría explicado por las obras de las líneas 3 y 4 del Metro de Lima y el mejoramiento de la Carretera Central, proyectos en etapas muy preliminares de estudio y que -en el mejor de los casos- podrían iniciar construcción bien entrado el próximo gobierno. En lugar de más anuncios de obras con inicio indefinido, se pudo aprovechar la oportunidad para delinear acciones de corto plazo en el frente laboral que presenta cifras de destrucción de empleo formal escalofriantes o para esbozar las políticas fiscales que apoyarán a empresas y familias desde este año y que permitirían comenzar a cuadrar las cuentas fiscales en un entorno de enormes necesidades sociales insatisfechas. Lamentablemente, la ahora más importante que nunca política fiscal de emergencia fue prácticamente reducida al anuncio de entrega de más bonos a las familias necesitadas, elemento fundamental pero no el único. Esperemos que con la próxima publicación del Marco Macroeconómico Multianual y la presentación del gabinete Cateriano en el Congreso de la República se llene este importante vacío.
Finalmente, en lo referente a la pandemia, la gran pregunta es cómo vamos a enfrentar eventuales rebrotes del COVID-19. Varios países que parecían haber controlado la propagación de la enfermedad se han visto obligados a aplicar nuevamente cuarentenas focalizadas. ¿Qué haríamos en el Perú? ¿Qué hemos aprendido? ¿Cuáles serían las características principales de un nuevo plan de defensa frente al nuevo coronavirus? El discurso de fiestas patrias pudo habernos ofrecido algo de luz al respecto.
Números más, números menos los peruanos sabemos que la situación es grave y que el futuro es muy incierto. El Presidente pudo haber dado a conocer los lineamientos generales del plan para enfrentar juntos lo que se viene. Dentro de lo posible, menor incertidumbre siempre ayuda.
Hugo Santa María
Socio, Economista Jefe
APOYO Consultoría