Apoyo Consultoría: zona sur sostendría crecimiento país en 2025, ¿por qué?
Por Iván Portocarrero.
El Perú podría tener cerca de 1.7 millones de personas en la pobreza en 2026. Ese es el riesgo que representan las medidas del plan de gobierno de Perú Libre, partido del candidato a la Presidencia Pedro Castillo, según un reciente estudio de Apoyo Consultoría que simuló los escenarios que les esperan a los peruanos según los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Este incremento de la pobreza sería generado por el negativo desempeño de la economía que sufriría el país durante ese quinquenio.
Las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) indican que este año la economía peruana crecería 10%. ¿Se verá comprometida esta recuperación con el nuevo gobierno? El estudio de Apoyo Consultoría señala que en una coyuntura de gran incertidumbre como la actual sería muy difícil hacer proyecciones económicas y que el efecto puede no darse de manera inmediata, sino en el transcurso de los próximos cinco años.
En ese sentido, los escenarios simulados permitieron prever que en un virtual gobierno de Castillo se tendría una caída acumulada de la economía de 3% al término de su gestión, en 2026. Sin embargo, según el tipo de medidas que se lleguen a implementar, la economía peruana podría mostrar un crecimiento acumulado de hasta 7% en el mismo periodo.
Por otra parte, la firma de consultoría estimó que en el escenario previsto en caso de un eventual gobierno de Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, la economía nacional podría crecer hasta en 17%, asumiendo que se observe respaldo a la inversión privada por parte del Poder Ejecutivo.
El Efecto Castillo
Al respecto, Víctor Albuquerque, director de análisis sectorial de Apoyo Consultoría, explica que “en un gobierno de Pedro Castillo veremos un crecimiento no saludable o insostenible en el largo plazo”.
“Seguramente se incrementará el gasto estatal pero si se gasta mucho más de lo que recauda mediante impuestos –que no aumenta porque no se incentiva la inversión privada–, entonces veremos un aumento progresivo del endeudamiento al cubrir estos gastos. Así, el Gobierno empezaría a acumular mucha deuda y cada vez se le haría más difícil conseguir que nos presten dinero a un costo asequible. Ahí notaremos cómo ese crecimiento artificial del PBI se tambalea”, explica.
La caída acumulada de 3% o crecimiento de 7% en el supuesto de que ganara Castillo dependerían de qué clase de modificaciones constitucionales llegasen a ejecutarse en un eventual gobierno de Castillo, o de si se hiciera la Asamblea Constituyente.
Como parte del escenario en el que Castillo gana las elecciones y comienza a implementar las medidas planteadas en el plan de gobierno de Perú Libre y las anunciadas en la campaña, se esperaría que la inversión privada caiga, al igual que el empleo formal, mientras inicialmente el Ejecutivo se empeñaría en incrementar el gasto social. Sin embargo, la medida resultaría insuficiente para contrarrestar la reducción del empleo.
De esta forma, los primeros efectos que se anticipan ante el despliegue de las medidas planteadas por Castillo serían la caída del empleo, la inestabilidad del sector financiero, la mayor volatilidad del tipo de cambio y la caída de la inversión privada.
“Los primeros indicadores en empeorar serían las variables financieras, como el tipo de cambio, el valor de las acciones y los costos de financiamiento del Gobierno peruano. En un segundo momento, dado que las grandes empresas ya anticipan que Perú Libre implementaría medidas que afectarían la viabilidad o rentabilidad de sus negocios, es probable que detengan muy buena parte de sus inversiones. A su vez, el freno de las inversiones afectaría el empleo y los ingresos laborales de las familias”, remarcó.
En ese sentido, las medidas más nocivas para la economía peruana y las familias serían las que ahuyenten la inversión privada.
“Las medidas más dañinas de Perú Libre son aquellas que ahuyentan la inversión privada, como las propuestas de expropiar empresas, revisar arbitrariamente los contratos entre el Estado y las empresas que gestionan las inversiones en infraestructura de uso público y las amenazas para restringir importaciones. Esto último sería particularmente grave para los millones de trabajadores que laboran en el sector comercio”, precisó Albuquerque, quien, además, remarca que el hecho de ahuyentar la inversión privada terminará afectando a los más pobres.
“Paradójicamente, un gobierno que busca darles un mejor futuro a los más pobres podría generar resultados nefastos para los segmentos socioeconómicos de menores ingresos”, advierte el economista.
Tenga en cuenta
-Las medidas intervencionistas como la nacionalización de empresas afectarían la inversión privada, la principal fuente de generación de empleo.
-“Un contexto en el que no se incentiva sino se ahuyenta a la inversión privada traería como consecuencia una caída del empleo formal y dejaría sin opciones a los miles de jóvenes que ingresan cada año al mercado laboral”, explica Albuquerque.
-Al no conseguir empleo, estas personas optarían por la informalidad. “Esto arrastra a la pobreza a nuestros compatriotas con menos opciones, por ejemplo, en las zonas rurales y especialmente en la sierra y selva”, aclara.
