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“Las empresas están en una situación de ver y esperar, dada la actual incertidumbre política”

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03/05/2021

Entrevista a Víctor Albuquerque, director de análisis sectorial de APOYO Consultoría, para Diario Gestión.

El impacto negativo de la coyuntura electoral es casi generalizado en la toma de decisiones de inversión, salvo en casos de compromisos ya asumidos o planes en marcha, refiere el economista.

¿Qué tipo de decisiones de inversión son las más afectadas con la actual incertidumbre electoral?

Diría que el impacto negativo de la incertidumbre electoral actual es algo casi generalizado en la toma de decisiones de inversión. Las excepciones están en casos específicos, por compromisos de inversión que tienen que ejecutarse y planes en marcha que a las empresas les costaría más paralizar en este momento.

¿En qué sectores las inversiones no están siendo afectadas?

Eso se ve en sectores que por determinadas circunstancias tienen que realizar inversiones. Por ejemplo, en este momento hay algunas industrias que están mostrando tasas de crecimiento interesantes hace ya varios meses; es el caso de la construcción, particularmente la autoconstrucción y la obra pública. Y eso está llevando a algunos productores de materiales de construcción a decidir si aumentan o no la capacidad instalada de sus plantas. Pero, esas ampliaciones de negocios es una decisión muy difícil de to mar hoy porque por demanda las necesitan, pero por la situación política prefieren esperar a ver qué pasa.

¿La incertidumbre para los negocios se acabará con el resultado del 6 de junio o se mantendrá?

Un sondeo que hicimos a los clientes muestra eso, que las empresas postergarían sus decisiones de inversión, incluso un porcentaje felizmente pequeño dijo que lo haría por tiempo indefinido. Gane quien gane las elecciones, se requiere ver qué autoridades escoge, su plan de gobierno, las medidas que tome. Creemos que esta incertidumbre va a continuar más allá de la toma de mando del nuevo Gobierno.

¿Diría que la estrategia “wait and see” será la prevaleciente este año en las empresas?

Creo que sí, las empresas están en una situación de ver y esperar, dada la incertidumbre política actual. Es más, ya estaban así porque el hecho mismo de la pandemia ya llevaba a las empresas a ir adoptando sus estrategias y planes de negocios en función de ello y ahora con el tema de la incertidumbre política se agudiza.

¿Esta incertidumbre está llevando a que empresas opten por medidas no planeadas? ¿adelantar la distribución de dividendos, por ejemplo?

Pueden llegar a evaluarse algunas decisiones de ese tipo en casos puntuales, pero diría que independientemente de quién gane la elección presidencial, las lecciones que saca el sector empresarial del impacto de la pandemia y la actual coyuntura política van a acelerar la aplicación de ciertas estrategias, algo que ya estaba en marcha, pero se va a agudizar.

“Las reformas fundamentales pendientes tienen que ver, en mi opinión, con la operatividad del Estado peruano”.

¿Podría detallar de qué estrategias se trata?

Por ejemplo, de internacionalización. Las corporaciones peruanas han hecho esfuerzos para entrar o seguir creciendo en ciertos mercados y creo que, en conjunto, por ahora ha sido una apuesta todavía conservadora, pero estimo que va a haber, entre los grandes grupos empresariales del país, una búsqueda de oportunidades en la región o fuera de ella, algo más agresiva de la que hemos visto hasta hoy. También va a verse un esfuerzo por reducir los costos fijos, la automatización.

¿Qué otros cambios empresariales inmediatos se prevén?

En el sector comercio hoy la gran discusión es cuáles son los niveles de pedidos que debe hacer, por ejemplo para atender la campaña de fin de año, sea de materias primas o de bienes de consumo final, en circunstancias en que el tipo de cambio está muy volátil y cuando no queda claro cuál será la tendencia de la demanda porque va a depender mucho de la situación política y de las medidas que se implementen.

“Las lecciones de la pandemia y la actual coyuntura política van a acelerar la aplicación de ciertas estrategias, como la internacionalización”.

¿Qué podemos esperar de acá a 28 de julio y en delante de la inversión privada?

De acá al fin de Gobierno, la inversión como flujo no se va a resentir porque obedece a decisiones tomadas meses atrás. Diría que a partir de setiembre comenzaríamos a ver un deterioro de la inversión privada si se confirman algunos temores que tiene el sector empresarial en este momento. Todo va a estar muy relacionado a quien termine ganando la elección presidencial. Un escenario puede ser que se confirmen los temores y tenemos una caída en los flujos de inversión, o, por el contrario, una aceleración, un desembalse en de las inversiones.

¿Y cuál es la perspectiva del dólar, de la bolsa de valores?

Creo que veremos dos momentos. Uno de acá al 6 de junio en el que se verá mucha volatilidad del dólar, moviéndose al ritmo de lo que indiquen las encuestas sobre si la brecha entre los dos candidatos se amplía o se acorta. Y pasada la segunda vuelta va a depender de la conformación de los equipos de gobierno y anuncios de primeras medidas, eso va a ser crítico para lo que suceda después. En general, nosotros estamos previendo mucha volatilidad en el tipo de cambio durante estos meses y recién en la última parte del año una menor variación. Algo similar es para la bolsa.

¿Y en lo que respecta a los bonos soberanos, el riesgo país, la calificación crediticia por parte de las agencias como Moody’s, Fitch y S&P?

En el corto plazo, los organismos calificadores de riesgo soberano ven la capacidad de pago del país y en eso el Perú tiene una trayectoria positiva en pagar la deuda. Además, los flujos de deuda que debemos pagar en los siguientes años son “manejables”. Va a ser crítico las primeras medidas que tome el próximo Gobierno, las calificadoras van a estar muy atentas a ello, en la conformación de los equipos de gobierno. No veo que las calificadoras tomen una decisión sobre la calificación antes de la segunda vuelta.

Dada la complejidad que se enfrenta y la dimensión de la agenda pendiente, ¿cuáles considera que deben ser las tres reformas impostergables para el próximo quinquenio?

Las reformas fundamentales pendientes tienen que ver, en mi opinión, con la operatividad del Estado peruano. Ha habido algunos esfuerzos en ese sentido con Servir y en el régimen CAS, pero los mayores esfuerzos tienen que concentrarse en la institucionalidad del régimen laboral para los trabajadores públicos. Va a ser crítico apuntar hacia un mayor nivel de meritocracia y eso no puede estar limitado al Gobierno central sino también a los gobiernos regionales y locales. Si apuntamos a eso, el resto de reformas ya tendrán este punto de partida porque siempre pensamos
en la gran reforma (del Estado) sin pensar en quiénes la van a realizar.

¿Qué es lo que más les preocupa a los empresarios de acá a fin de año?

Si bien cada cinco años con las elecciones generales hay cierta incertidumbre, noto en el sector empresarial una preocupación mucho más fuerte hoy que en las elecciones del año 2006, cuando fue la primera participación del presidente Ollanta Humala. Pero creo que las empresas no van a esperar, la situación actual (que abarca la pandemia, la coyuntura política y los cambios en la regulación) va a generar, ya está generando, un cambio en la forma en que las empresas miran su negocio en el corto y largo plazo, en la forma en que se hace planeamiento estratégico al interior de las compañías.

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