Apoyo Consultoría: zona sur sostendría crecimiento país en 2025, ¿por qué?
Por Iván Portocarrero.
Diario el Comercio.
Tras más de 100 días de estado de emergencia nacional, el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca) de Lima Metropolitana cayó a su peor nivel en casi 15 años. Así, el pesimismo siguió ganando terreno en junio y el índice se ubicó en 37 puntos sobre una escala de 100, de acuerdo con el reporte que elabora Apoyo Consultoría e Ipsos.
El resultado muestra que el sexto mes del año es una caída de dos puntos respecto a mayo, y de nueve puntos frente a febrero, mes previo al inicio del confinamiento.
Antes de la publicación de este informe, el mayor nivel de pesimismo se había registrado en agosto y setiembre del 2008 (40 puntos), producto de la crisis financiera.
José Carlos Saavedra, economista principal y socio de Apoyo Consultoría, destacó que la confianza de los consumidores en la capital aún persiste en una tendencia hacia la baja, pese a que el Gobierno ya inició la fase 2 de la reactivación económica.
Esto respondería a una mayor evidencia del costo que significó la cuarentena, que si bien ha sido necesaria, fue poco efectiva, según el Indicca. De acuerdo al reporte de ayer del Ministerio de Salud, uno de cada 117 peruanos tiene COVID-19.
A partir de este registro, Saavedra señaló que se deja en claro que el malestar por el daño económico es histórico, pero no solo por su magnitud y porque es generalizado, sino también por su rapidez.
“En crisis anteriores, al menos veíamos venir la crisis. Pero con el COVID-19 no. Todo fue muy rápido”, dijo.
El Indicca reveló un incremento de la percepción negativa sobre la situación laboral actual, lo que además extendió la tendencia que viene desde febrero.
El 52% de los hogares en Lima Metropolitana señaló que su condición es “peor” que hace 12 meses, mientras que un 23% dijo que es “mucho peor” [ver infografía].
Saavedra refirió que esta incidencia se profundizó debido a la alta tasa de informalidad que hay en el país. Explicó que, en efecto, los más desprotegidos ante el impacto del coronavirus en la masa laboral fueron los trabajadores independientes e informales.
“Al ver la data de empleo por sectores del INEI, visualizamos que quienes más sintieron el impacto fueron estos trabajadores. La caída de los ingresos laborales fue bastante menos intensa entre los trabajadores formales”, precisó el economista.
El Indicca también mostró que un 60% de los hogares en la capital peruana considera que su situación económica ha empeorado. Esto se traduce en un incremento de ocho puntos porcentuales frente a mayo.
Al respecto, Saavedra remarcó la necesidad de que el Gobierno actúe de manera eficiente sobre la evolución del empleo, para que así no se afecten más los salarios, que hoy ya están “deprimidos”. Agregó que esto es relevante, por ejemplo, para el segmento informal, a fin de evitar un exceso de oferta.
“Si bien se está actuando en materia económica, preocupa que en lo laboral se haya hecho poco e, incluso, mal”, precisó.
Las expectativas sobre la situación económica de las familias también son bajas. Si bien desde enero este pesimismo ha ido ganando terreno, con la llegada del coronavirus al país este se incrementó.
El 31% de los hogares estima que su condición empeorará en los próximos 12 meses, tres puntos porcentuales más que en mayo.
Saavedra mencionó que, si bien un levantamiento de la cuarentena gatillaría el consumo, el gasto privado seguramente va a seguir contenido, pues la recuperación es lenta, la expectativa sobre el empleo es baja y “el entorno político tampoco ayuda”.
“Lo que vamos a ver en los próximos meses es un malestar en los consumidores que va a persistir, pese a la reanudación gradual de las actividades”, remarcó.