Entrevista en Diario El Comercio.
Según el socio y economista jefe de APOYO Consultoría, el Perú ya no podrá sacarle ventaja al crecimiento mundial. Agrega que el 2023 será un año de precios altos para los ‘commodities’.
Hugo Santa María, socio y economista jefe de APOYO Consultoría, así como líder del SAE, compartió con El Comercio su perspetiva sobre los retos que tendrán las familias y empresas peruanas en los próximos años. Compartió también los resultados del Sondeo Empresarial SAE, que mide la confianza empresarial e incluye a más de 500 ejecutivos entre CEO, gerentes generales y CFO de las principales empresas del país.
—La última vez que conversó con este Diario en el 2020, comentó que una vez que los sectores comenzaran a levantar vuelo, las economías de las familias y las empresas se verían fuertemente dañadas. ¿Considera que esto ha sido así?
Sí. Nos golpeó la pandemia y con el cierre de la economía, nosotros pensamos que al Perú le iba a tomar hasta nes del 2022 – 2023 el recuperar el nivel de 2019. Y eso se está dando, lamentablemente. Si uno ve el ingreso de las familias todavía está muy rezagado, salvo algunos sectores muy puntuales. Por ejemplo, los ingresos del empleo público sí se están recuperado, pero la gran mayoría peruanos que trabaja en el sector informal todavía tiene ingresos en términos reales casi ocho o diez puntos por debajo de lo que ganaban en el 2019.
—Más o menos, S/16.
Sí. Tenemos peruanos trabajando, pero probablemente están trabajando más y ganando bastante menos.
—En el trimestre junio-julio-agosto, se registró que 300.000 personas buscaban empleo activamente. ¿Aún hay mucho que hacer respecto a la creación de empleo?
Sí. Lamentablemente, cada vez va a ser más difícil encontrar buenos empleos. Hay incertidumbre, nadie sabe bien qué va a pasar mañana. Eso frena la inversión, el emprendedurismo, la creación de buenos empleos. Eso por un lado, a nivel macro. A nivel sectorial, el propio gobierno no solamente no hace su tarea, sino que pone obstáculos a la creación de empleo a través de regulaciones sectoriales. La famosa Agenda 19, al único sector que perjudica es al sector de trabajadores, y a los únicos que benecia son a políticos que no sé si no entienden bien la realidad o mienten, y le dicen a las personas cosas que no van a pasar. La posibilidad y la capacidad de generar empleo en el Perú está sufriendo mucho. Los peruanos trabajamos y nos la ingeniamos, pero las cifras son muy claras. Cada vez el empleo es más precario.
—Y, con el crecimiento que viene desacelerándose, desde el sondeo del SAE, ¿se pueden esperar un incremento de contrataciones?
Vamos a tener muy pocas [contrataciones] de perfiles específicos. Nosotros estamos viendo al Perú casi que estancándose en un crecimiento entre 2,5% y 3%. Ese crecimiento es insuficiente para absorber a las personas, a los jóvenes, que entran a la fuerza laboral cada año. Sí van a haber algunos segmentos que contraten más, pero en términos generales, para el peruano promedio, estamos yendo hacia una situación laboral sumamente difícil.
—¿Qué segmentos o qué sectores podrían aumentar contrataciones?
Algunas posiciones que todavía tienen oferta escasa en el Perú. Por ejemplo, las vinculadas a tecnología, toda la adaptación a transformación, trabajos más calificados. Esos empleos algo se van a recuperar, pero otros perfiles van a sufrir mucho. La gente se está empleando más en el sector informal, pero como te dije antes, el ingreso promedio cae. Hay más peruanos trabajando en la informalidad, pero más también cada vez ganando menos por hora o por día trabajado.
—El último reporte del Banco Central reveló que el 40% de las familias peruanas ha usado sus ahorros para mitigar los efectos de la pandemia, y esta cifra es más o menos el doble de lo que se usa en una temporada normal.
Sí. Lo que nosotros hemos visto en las familias es que la resistencia frente a la pandemia y frente a los choques que hemos tenido de inflación este año, ha sido, en primer lugar, ajustar gastos. Por ejemplo, comprar productos de menor precio, hacer durar más las cosas. Y, lo segundo, usar ahorros. Aquellos peruanos que han tenido ahorros, los han usado. Otras personas, que han tenido acceso al ahorro previsional o a la CTS también los han usado. Pero ya se acabó. Nosotros vemos ya muy poco de eso llegando al consumo y llegando al gasto familiar este año. Lo que va a comenzar a mandar de ahora en adelante -de hecho, ya está mandando en las cifras-, son las condiciones en el mercado laboral, que son muy duras. Los ahorros ya no van a ser el colchón, como fueron el año pasado.
—Según el sondeo del SAE, ¿el nivel de salarios aumentará, se mantendrá o caerá?
Vamos a ver ajustes al alza en términos nominales, pero en promedio, en el sector formal esperamos que se recupere en términos reales la capacidad adquisitiva a finales de 2023. Es decir, en ese momento podemos esperar que en el sector formal haya algo de aumento de salarios. Con el sector informal no estamos optimistas. Creo que el rezago va a ser más largo y en parte es porque no hay crecimiento, no hay inversión, nadie abre empresas y porque cada vez es más difícil generar empleos formales en el Perú.
—¿Cuál sería el impulso que llevaría a esta mejora a finales del 2023?
Es simplemente recuperación. Poquito a poco, llegaremos al 2023 estando un poquito por encima del nivel prepandemia. Es la propia resistencia de la economía, que a pesar de todos los golpes que le damos, sigue creciendo, pero es un crecimiento sumamente bajo. Con ese crecimiento al que el Perú está yendo, no alcanzamos a dar los servicios públicos que debemos dar o a tener los niveles de ngreso per cápita de un país que dice querer entrar a la OCDE. Estamos lejísimo de eso.
—En el sondeo del SAE, menos de la mitad de las empresas indicó que sus utilidades aumentarian en el 2023, y casi el 20% consideró que disminuirían. ¿Son estas cifras preocupantes?
Sí, se están dando dos cosas. Una es que la generación de ingresos es más difícil porque la economía local se está enfriando mucho. El PBI va a crecer entre 2,5% y 3% pero la economía local apenas un poco más de 1%. La temperatura de la economía local va a ser fría y es en la economía local en la que la mayoría de empresas peruanas y familias vivimos. No vivimos tanto en el mundo de la exportación, por ahora al menos. Regresando a la pregunta, va a ser más difícil crecer por la economía más fría, y por otro lado, tienes la presión de costos que se ha venido acumulando y arrastrando. La decisión de la OPEP+ para aumentar el precio petróleo no ayuda.
—Esto haría que el petróleo se mantenga alto.
Sí, nosotros no esperábamos una corrección del precio del petróleo tan importante. Esta restricción valida que el 2023 va a ser un año de precios altos de ‘commodities’ y vamos a ver cómo reaccionan los otros países como Estados Unidos. Pero un riesgo claro es que es un aumento en el costo de energía sobre un nivel ya sumamente alto. Y hoy día, por ejemplo, para Europa es un impacto negativo real muy importante. Las familias peruanas dirán, “eso es Europa, no me importa”. Pero esto sí importa, porque nosotros le vendemos a Europa muchos de nuestros productos agroindustriales. Y, si se comienza a pagar menos precio o a comprar menos, lo vamos a sentir en la economía local, después de una o dos vueltas, pero lo vamos a sentir […] Ojalá que el impacto no sea tanto.
—Lo vamos a sentir en el 2023, ¿pero también en el 2022? Las ventas minoristas están mostrando ya una desaceleración.
Hace meses, para describir la trayectoria de la economía, mi socio, José Carlos Saavedra, usaba la figura de una raíz cuadrada. Nos caímos por la pandemia, vino el rebote y ahora estamos en el lado plano, que es cuando ves los números desestacionalizados. Hemos visto crecimiento en el primer trimestre porque nos estábamos comparando con el primer trimestre del 2021, pero por lo menos desde finales del primer trimestre ya el Perú se está estacionando en una tasa de crecimiento muy baja. Y, encima de eso, vienen todos los riesgos externos: la guerra, el ajuste en la política monetaria de la Fed, costos de financiamiento más altos. Todos los vientos que pueden venir de afuera son en contra y nos encuentran en un momento en el que no estamos nada organizados para remar en contra.
El Perú tiene un potencial tremendo, pero tenemos un estado disfuncional que no solamente no genera confianza, sino que entorpece la actividad privada, no provee los servicios que los ciudadanos se merecen. A veces la gente ve la página política y ve que cambiaron el ministro número 45 […] La administración pública del Perú no es una maquinaria sumamente aceitada, cambia el ministro y todo se para. Este año vemos la inversión pública cayendo. El Gobierno nos está quitando crecimiento. Toda esta degradación de la gestión pública la sentimos los peruanos. Y ejemplos hay varios: la compra de urea, el presupuesto de compras de medicinas. Sobre esto último, a setiembre, se había gastado menos del 40%. Además, el bono alimenticio que anunció el presidente en su discurso. Ayer recién se aprobó el padrón, 70-80 días después. Los bonos anteriores, a los 25 días o un mes se comenzaban a ejecutar. Con problemas y todo, pero se comenzaban a ejecutar. Ahora hemos triplicado ese récord. Además del mundo, tenemos choques internos, que en buena parte vienen de la gestión pública.
—¿Cómo ha tomado el sector privado el Plan Impulso Perú?
Nosotros tuvimos el gusto de conversar con el ministro Burneo. El MEF sale con un plan que reconoce la necesidad de movilizar al sector privado. Algunas de las cosas puntuales del plan van en esa dirección, y también a tratar de agilizar la gestión pública en otros sectores. El MEF no ejecuta obra pública directamente, trata de agilizar y mejorar el marco normativo. Han publicado, por ejemplo, las mejoras normativas en obras por impuestos y en APP. Tiene mucho mérito el tratar de movilizar y de poner esta economía a trabajar. Tiene un gran riesgo porque varias de sus iniciativas tienen que pasar por el Congreso o requieren mucha coordinación con otras instancias del Estado. Lamentablemente, en este Gabinete -y no en particular por el ministro Burneo porque ya se veía antes también-, veo al MEF bastante aislado. Tiene pocos sectores con los cuales jugar en pared. No ves al gabinete muy alineado hacia el objetivo de poner al Perú a trabajar. La Agenda 19 surge de la necesidad del conflicto, de enfrentamiento. No es una agenda que tiene como objetivo generar empleo, sino enfrentar. Con ese discurso pues no avanzamos mucho y ese es el gran reto del MEF.
—Muchas compañías han optado, y siguen optando, por aplazar inversiones.¿Tomando en cuenta el Plan Impulso Perú, espera APOYO Consultoría una caída de la inversión privada para el 2023?
Estamos esperando para el 2023 que la inversión privada caiga 2,5%. Este año va caer más de 1%. Si esto lo aterrizas a familias y a personas, el generador de empleo es la inversión privada, no es el sector público. A veces las personas identifican a la inversión privada como un gran empresario, pero buena parte de la inversión privada es autoconstrucción.
—Es el 70% del sector, más o menos.
Sí. Que caiga, [significa] menos empleo de calidad. Esperamos que el próximo año también haya una caída relevante.
—Respecto a nuevos lanzamientos o temas relacionados a la innovación, ¿cómo va el termómetro de las empresas?
Nosotros hemos hecho un esfuerzo importante en identificar algunos sectores más calientes en donde hay esfuerzo de inversión. El Perú no está parado, está avanzando muy lentamente, pero estamos dejando sobre la mesa un montón de proyectos que no comienzan o que están interrumpidos. Un sector que va a seguir invirtiendo en la medianía es infraestructura de transporte. Hay varios proyectos grandes en Lima: el aeropuerto, la Línea 2 del Metro. Claro, están atrasados, pero se está invirtiendo. También el nuevo puerto de Chancay. Hay tres o cuatro proyectos grandes que van a jalar inversión. En minería, Quellaveco termina construcción, la ampliación de Mina Justa ya terminó. No vemos proyectos de ese tamaño en el ‘pipeline’ pronto. Pero, el sector sigue invirtiendo en OPEX, gasto destinado a mejorar las operaciones. Son cosas que no son construcción de nuevas minas, pero que son un esfuerzo de inversión importante. Estamos esperando en el sector como US$3 mil millones en OPEX. Si tuviéramos dos minas más en construcción, esos US$3 mil millones serían US$5.000 – US$8.000 mil millones. Y, con la particularidad de que cuando la minería construye nuevas minas emplea muchas personas. La operación emplea menos gente.
[…] Hay algunos otros proyectos grandes proyectos como Majes, que también después de haber estado cinco o seis años parado, parece que termina de resolverse. Tenemos contratos con problemas que no se resuelven, la tercera etapa de Chavimochic en el norte. Parece que la adenda está conversada, pero nadie rma. No sé cuántos ministros en el Midagri ha tenido este gobierno. Creo que son más los miles de millones de dólares en oportunidades de trabajo que tenemos sobre la mesa sin utilizar, que los que se van a acelerar.
En el lado de las empresas, cuando les preguntamos en el sondeo del SAE qué van a priorizar, ya vemos eficiencias, que es transformación tecnología y algo de exploración de nuevos mercados. Las empresas peruanas, como otras, están mirando afuera también, eso está pasando mucho. Y empresas de todo tamaño.
—Mirando el panorama externo, hace dos años la curva del COVID-19 aún no se aplanaba y no se tenía claro ni siquiera el protocolo de apertura. No se tenía claro tampoco el escenario de Estados Unidos ni Europa, menos aún esta en el radar la guerra de Rusia y Ucrania. Pero hoy las cosas son distintas. Teniendo en cuenta el escenario actual, ¿cuánto podría tomar salir de la alta inflación y el poco crecimiento?
El poco crecimiento creo que se va a quedar con nosotros varios años. En APOYO Consultoría vemos al Perú en alrededor de 2,5% – 3% hasta el 2025, asumiendo que nada cambia, con este mismo tipo de gobierno y de políticas, con esta incertidumbre con el sector público que termina siendo un lastre para todos. Ni siquiera puede dar los servicios básicos y no contentos con ello, nos llenan de feriados. Esto lo vemos durando regular, tres años con facilidad. El Perú ya no le va a sacar ventaja al crecimiento mundial. Antes crecíamos al doble de América Latina, más del doble del mundo, pero ahora no. Somo un país que todavía tiene indicadores sociales súper rezagados. Que me digas que Alemania crece como el mundo está bien, pero el Perú no puede darse ese lujo. El Perú tiene que crecer más para levantar los indicadores sociales de todos los peruanos.
Sobre la inflación, es difícil hacer la perspectiva. Nosotros pensamos que debemos estar llegando a los picos de inflación. En Perú, probablemente, ya estemos cerca al pico. Pero en otros lados, en uno o dos trimestres deberíamos ver los picos de inflación y los picos de ajustes del alza de las tasas de interés. ¿Cuánto de eso se va a quedar ahí? Estamos esperando que las tasas se comiencen a reducir un poco hacia la última parte del próximo año. Y, en el caso del Perú, vemos la inflación estabilizada, 7,5% -8%, y recién hacia la última parte de 2023, llegando a una tasa de 12 meses de 4%. Es si es que no te caen riesgos: la guerra, el choque de energía que puede haber, que le salga mal el trabajo a la FED. Todo apunta hacia una proyección, un escenario base, que tiene más riesgos a la baja que al alza. Nosotros con la información disponible, creemos que comenzaremos a corregir la inación hacia la segunda parte del año y que los costos de financiamiento también comienzan a reducirse ligeramente.
—En el 2023.
Sí. Las épocas de costos de financiamiento cero –si le quitabas la inación–, ya pasaron. Eso no va a regresar. El mundo normal no va a ser como lo que hemos vivido hace unos años, porque eso no era normal tampoco. Lo normal eran tasas de interés positivas.
—Veníamos de la crisis del 2018, estábamos en ese “piloto”.
Sí. Lo normal es que si te prestan US$100 o S/100, tú devuelvas más. Y no ha sido así. El tesoro alemán, por ejemplo, se prestaba 100 euros y devolvía 98 euros, y el mercado se lo tomaba. Eso ya pasó. Entonces, costos de financiamiento tan amables, tan buenos como los que hemos tenido en el pasado, no van a darse. Y, eso también nos quita crecimiento. Si a eso le sumas, por ejemplo, todos los retiros y todos los zarpazos regulatorios que le han dado al sistema privado de pensiones, en términos de crecimiento, eso es menor capacidad porque tenemos menos ahorro. Si una empresa cualquiera puede emitir un bono, uno de sus compradores principales va a ser alguna AFP. Con todos estos cambios regulatorios que se han introducido en los últimos años, va a ser cada vez más difícil que las AFP tomen ese tipo de papeles. El financiamiento va a ser cada vez más escaso, más caro, y al final, menos crecimiento y menos empleo.
—El Tribunal Constitucional (TC) ha emitido un fallo que no considera al sistema previsional privado dentro de la seguridad social.
El TC ha dejado la puerta abierta para que en “situaciones de crisis” -que habrá que ver cómo se definen en el futuro-, el Estado le transfiera a los ciudadanos su responsabilidad de protección social, haciendo que las familias utilicen sus ahorros para la vejez para cubrir sus gastos hoy. Esta es otra muestra del facilismo que parece favorecer a los ciudadanos pero que, en realidad, les perjudica y, además, le reduce al Estado su responsabilidad de –por ejemplo– usar sus recursos en bonos de apoyo oportunos, adecuados y bien dirigidos. Es esto lo que debe ser parte de una política de protección social y no promover el uso de los ahorros para vejez.
—¿Qué tanto podría fortalecerse el dólar a la luz de las subidas de tasas que vamos a ver hasta el 2023? ¿Podríamos sobrepasar la barrera de los S/4?
Picos pueden haber. El dólar se va a fortalecer a nivel internacional, pero el sol ha sido una de las cuatro o cinco monedas este año que se viene apreciando. El año pasado tuvimos una salida de capitales de más de siete puntos de producto. Tuvimos el Gobierno de Perú Libre con su primer gabinete, con su primer presidente del Consejo de Ministros y el dólar se fue a S/4,05, me parece. Hoy está en poco menos de S/4. Y, el Banco Central tiene más reservas hoy que hace un año […] Si uno ve el análisis en el papel del Perú, el tipo de cambio debería estar en S/3,70 o S/3,60 […] El sol se va a mantener entre S/3,90 y S/4,00. Seguramente puede haber volatilidad, pero financieramente el Perú está cuadrado para mantener todavía el sol estable. Nuestro problema no viene por ahí, viene por el crecimiento, porque no estamos creciendo y somos un país que necesita crecer.