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Indicca

16/03/2022

Confianza de los consumidores vuelve a caer a niveles mínimos históricos


En marzo, el Índice de Confianza del Consumidor para Lima Metropolitana de Ipsos y APOYO Consultoría (Indicca) se ubicó en 35 puntos, 5 puntos por debajo del nivel de febrero (ver gráfico inferior). Con ello, la confianza de los consumidores ha retrocedido hasta niveles vistos solo durante la primera y segunda ola de contagios por COVID-19.

Este deterioro en los últimos meses de la confianza se explica por el fuerte retroceso en los ingresos reales de los hogares. Si bien el mayor dinamismo de la actividad económica ha permitido que el empleo se recupere gradualmente, la mejora ha estado liderada por el empleo de menor calidad y con ingresos más bajos (ver gráfico).

Esto, sumado a la significativa alza en los precios al consumidor, ha llevado a un importante retroceso en la capacidad de compra de las familias (ver gráfico). Reflejo de ello, desde el inicio de año, los consumidores perciben que su situación económica está empeorando. De hecho, en marzo, el 49% de los consumidores afirmó que su situación económica actual está peor que hace doce meses, 6 puntos porcentuales más que en el 4T2021. Este porcentaje es incluso mayor en el caso de las mujeres (56%) y los consumidores mayores de 48 años de edad (64%).

Mas aún, la mayoría de los consumidores no espera que esta situación se revierta en los próximos meses. De hecho, la brecha entre el porcentaje de hogares que espera que su situación económica mejore en los próximos doce meses y el porcentaje que espera que empeore ha pasado de un promedio de 16 puntos porcentuales durante el 4T2021 a 4 puntos porcentuales en promedio durante el 1T2022 (ver gráfico inferior). En particular, en marzo, el 42% de las familias limeñas afirmó que espera un deterioro en su situación económica familiar, porcentaje no visto desde abril del 2020. Esto estaría en línea con el aumento reciente de las expectativas de inflación, que en febrero se incrementaron –por sexto mes consecutivo– a 4,0% para el cierre del año. Sumado a ello, los hogares probablemente tengan que enfrentar nuevos gastos asociados al retorno a la presencialidad en la educación y en el trabajo, como por ejemplo el gasto en uniformes o útiles para los colegios y el transporte para el traslado al centro educativo o de trabajo. Esto explicaría que las familias vean difícil una mejora de su situación económica en el corto plazo.

En conclusión, tras cumplirse dos años desde el inicio de la pandemia, la confianza de los consumidores limeños sigue igual de golpeada que durante las etapas más críticas de la pandemia. En un contexto en el que la inflación ya afecta significativamente la capacidad adquisitiva de las familias y el empleo de mayor calidad aún tarda en recuperarse, la incertidumbre que genera el contexto político e internacional seguirá afectando la confianza de los consumidores. La situación política continúa deteriorando el entorno para hacer negocios y mantiene la confianza para invertir en terreno pesimista. Sin un impulso importante de la inversión privada, que genere más puestos de trabajo de buena calidad, difícilmente las familias empezarán a percibir una mejora en su situación económica. Más aún, en un contexto en el que la continuidad de la guerra entre Ucrania y Rusia podría generar que los precios sigan incrementándose y afecten aún más la capacidad de compra de los hogares.

Camila Ghezzi

Analista senior

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