La percepción de que el Perú está retrocediendo está en su nivel máximo en más de 30 años
La última encuesta encargada por APOYO Consultoría a Ipsos Perú sobre la percepción de desarrollo y situación económica del país reveló que 2 de cada 3 peruanos perciben que el Perú está retrocediendo. Este es el mayor porcentaje registrado en los últimos 31 años. Más aún, el porcentaje de la población que percibe que el país está progresando alcanzó un mínimo histórico (solo 3%). Esto refleja que estamos en una situación excepcional en la que la mayoría de la población percibe que el país no está yendo en la dirección correcta.
La percepción de retroceso del país viene incrementándose desde el 2017 y coincide con el inicio de la crisis política que ha mantenido al país en una situación de entrampamiento permanente.
Debido a la crisis política constante, las autoridades no han sido capaces de implementar reformas importantes ni han podido responder con medidas apropiadas a los problemas estructurales o coyunturales de la población. Por ejemplo, después de 5 años, aún no termina la reconstrucción del norte luego de los daños ocasionados por el Fenómeno del Niño en el 2017. Asimismo, el manejo de la pandemia ocasionada por la COVID-19 en el 2020 fue inefectivo. A pesar de haber implementado las cuarentenas más estrictas y uno de los paquetes económicos más grandes, el impacto de la pandemia fue muy fuerte. Lamentablemente, el Perú destacó por ser uno de los países con una de las tasas de mortalidad más altas del mundo y aquel con la caída más fuerte del PBI del 2020 en América Latina. Particularmente, quienes sintieron con mayor intensidad este golpe fueron las familias de menores ingresos, quienes, después de dos años del inicio de la pandemia, aún no se recuperan, debido a la precarización del empleo y al incremento de la pobreza, que aún se encuentra por encima de sus niveles precrisis.
No obstante, la percepción de retroceso en el país se ha intensificado aún más durante el gobierno del presidente Castillo, pese al control de la pandemia y los buenos precios de exportación. Esto se debe a que el actual Gobierno no ha sido capaz de reaccionar correctamente a los problemas más recientes de los peruanos con medidas adecuadas u oportunas. Por un lado, el Gobierno respondió al fuerte incremento de los precios solo después de que se iniciaron paralizaciones en 6 regiones del país y con medidas que no benefician a la población más vulnerable. Por otro lado, el Gobierno no ha podido hacer frente a los crecientes conflictos sociales e incluso, en algunos casos, las protestas se intensificaron a raíz de las declaraciones de ciertas autoridades, afectando aún más la actividad económica.
Así, se ha exacerbado la percepción de que falta un Gobierno que implemente medidas eficaces para afrontar los problemas del país. Si bien, desde el 2017, las diversas crisis (como la política, el Fenómeno de El Niño o la pandemia) han incrementado la percepción de retroceso del país, hasta hace poco la mayoría de población permanecía optimista sobre la situación económica futura del país y esperaba que esta mejore. Sin embargo, desde diciembre del año pasado, esta dinámica se ha revertido y ahora 52% de los peruanos no cree que la situación económica del país mejorará en los próximos 12 meses, un porcentaje incluso mayor al registrado durante la crisis financiera del 2008. Del mismo modo, por primera vez desde que comenzó a realizarse la pregunta a nivel nacional en el 2012, el porcentaje de la población que espera que su situación económica empeore dentro de doce meses superó el 40% y es más del doble que el porcentaje que espera que su situación mejore.
Estos resultados son alarmantes y, frente a ellos, es necesario que el Gobierno diseñe e implemente políticas de desarrollo adecuadas, encaminadas a acelerar el crecimiento del empleo de calidad y mejorar las condiciones de vida de la población. En primer lugar, se debe promover la confianza del sector privado y generar un entorno de inversión más estable. Segundo, se deben destrabar e impulsar proyectos de inversión paralizados, tanto de obra pública como concesiones. Tercero, fomentar la creación de empleo formal y dejar de lado medidas como el nuevo Código Laboral que aumentan aún más la rigidez del mercado laboral. Finalmente, es necesario implementar medidas urgentes, focalizadas y temporales de apoyo económico a las familias más vulnerables, para que puedan hacer frente al alza sostenida de los precios de los últimos meses.
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